35 años del golpe de estado

Se cumplen 35 años del último golpe de estado en Uruguay. El 27 de junio de 1973 dio comienzo una dictadura cívico - militar, la cual se extendió hasta el año 1985. Un día antes fue cuando la sesión parlamentario se realizó por última vez en más de 11 años. Al momento del ocaso de la democracia, la situación institucional uruguaya estaba por demás deteriorada. Alrededor de las 23 horas del histórico día, un cuarto intermedio había sido solicitado en la asamblea legislativa. Tras su finalización, el clima adquirió un tono de tensión bastante pesado. La sesión de la Cámara Alta estuvo a cargo del Senador Eduardo Paz Aguirre y en la misma varios legisladores hicieron uso de la palabra. Los participantes de la sesión legislativa, tenían asumido que ese día sería el comienzo de una nueva etapa antidemocrática. Algunos de los oradores se manifestaron en contra de la decisión que arrasaba con las instituciones. Un día como el de hoy pero 35 años atrás, el electo Presidente de la República, Juan María Bordaberry se disponía a disolver las cámaras, apoyado por las Fuerzas Armadas. Inmediatamente después crea un Consejo de Estado, dotándolo de funciones legislativas. Además restringe las libertades individuales y faculta a las F.F.A.A y policiales, el cumplimiento de la prestación de los servicios públicos. El movimiento sindical uruguayo agrupado en la CNT, se opuso y resistió el golpe militar. Los trabajadores comenzaron una huelga general, con ocupación de los lugares de trabajo. El levantamiento obrero duró 15 días y conmovió a la opinión pública nacional e internacional, quienes observaban la firmeza de los trabajadores. Estos últimos son quienes encabezan la rebelión contra el sistema dictatorial y anticonstitucional, pero la resistencia popular no pudo derribar el régimen cívico-militar. Finalizada la huelga, miles de trabajadores son despedidos, sancionados y encarcelados por el gobierno golpista. Durante dicha etapa anticonstitucional, la persecución política obligó a miles de activistas y militantes de izquierda a emigrar o esconderse. No obstante cientos de ciudadanos uruguayos fueron detenidos, repatriados ilegalmente y asesinados en varios países de la región.